El Quercus pyrenaica es el árbol más abundante de nuestro Valle.
Primo hermano de nuestras Encinas, esta perfectamente adaptado a los suelos ácidos y graníticos del Norte de Cáceres que, junto a la pluviometría conforman un paraíso para esta especie que, además, tiene la propiedad de sacar muchos estolones (copias genéticas a partir de sus raíces) lo cuál, le confiere un gran poder competidor por el espacio.
Esta bestia botánica, autóctona y muy valiosa para regenerar arbolado en terrenos pobres, posee unas hojas con un tacto aterciopelado que le distingue de otros robles. Además, en sus años más jóvenes posee una propiedad en la que las hojas anuales, se quedan insertadas en las ramas hasta el año siguiente (siempre y cuando las condiciones atmosféricas se los permitan) haciendo que estos árboles se muevan entre la caducidad y la “perennidad”, son puramente marcescentes.
En nuestras salidas en 4×4 , valoramos mucho esta especie y la vida que alberga ,de este árbol dependen multitud de especies de avispas y de aves que necesitan de sus troncos y de las larvas que albergan para alimentarse ya que se trata de un árbol con troncos muy agrietados y muy susceptible de formar agallas.
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