Nuestro primer árbol no podía ser otro que el castaño, el árbol con mayor interés económico del Valle y cuya presencia a dibujado el destino de las generaciones de habitantes del Ambroz.
Todos los estudios genéticos y arqueológicos de polen no son nada concluyentes en cuanto a la presencia de este árbol de forma natural antes de la época romana pero lo que si esta documentado es el laboreo de estos para su mayor aprovechamiento.
Prefiere los terrenos silíceos, sueltos, profundos, y sustanciosos; es exigente en cuanto a la humedad o frescura del suelo, requiriendo un mínimo de 75 a 200 litros por metro cuadrado de precipitaciones estivales y 600 mm anuales como mínimo.
En el Valle del Ambroz existen dos variedades principales del Castaño, la variedad regolda y la variedad injertada. La gran mayoría de los castaños de aquí, son de la regolda ¿por qué? Porque ha sido y es la variedad más robusta para la producción de madera, uno de los motivos por los que este árbol ha sido tan importante para los pueblos del Ambroz y sus construcciones típicas de entramado. La otra variedad, la injertada es la que da unos frutos más grandes, de mejor cualidades y por lo tanto, destinada más hacia la producción de alimento.
Un árbol que nos regala unas agrupaciones florales preciosas en el mes de Junio y del que podremos contaros mucho más en nuestras salidas de senderismo por el Valle del Ambroz o en su Castañar más famoso, el Castañar Gallego, Paisaje Protegido desde el año 2015
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